Ya estoy de vuelta . 600 kilómetros ida y vuelta que se han pasado en un suspiro. En estos tres días hemos disfrutado de unas bonitas playas naturales, del encanto de Ferragudo -un pequeño pueblo pesquero del Algarve, muy tranquilo y acogedor-, de una comida excelente y, sobre todo, de buena compañía .

El Vila Gaivota Resort, que así se llama el Apartahotel donde nos hospedamos, nos sorprendió bastante. Consta de varias hileras de apartamentos de dos plantas en un recinto muy amplio y completamente cerrado, y estaba mucho mejor de lo esperado; está ubicado muy cerca de la playa -a unos 350 mts., aunque había que bajar una cuesta criminal que a la hora de volver era hacia arriba xD-, los apartamentos son bastante grandes -dos plantas, dos terrazas, patio y porche-. Nosotros eramos cinco y nos sobraba espacio por todos sitios. Además, disponen de todo lo necesario para pasar una temporadita (de siete a diez días creo que sería lo ideal, porque en tres días no tienes tiempo para aprovecharlos lo suficiente). Sólo echamos en falta un microondas y echamos de más a los puñeteros mosquitos, que por las noches se multiplicaban por mil. Como tengas cierta tendencia a que te piquen llévate Aután en cantidades industriales. Es un consejo .

Sobre el complejo en sí hay que decir que es amplio, está bien distribuido y dispone de dos piscinas y zonas verdes con bancos y caminos de piedra. También dispone de un pequeño supermercado, restaurante y zonas de ocio. La verdad es que se notaba que todo estaba cuidado con mimo, tanto las amplias zonas verdes como los propios apartamentos. Quizás el interior de éstos pecaba de un "look" algo ochentero pero el exterior era más actual y a todos nos agradó mucho. Podéis comprobarlo en las fotos.

Además, si llevas más de un coche puedes aparcar uno en el propio porche del apartamento y otro más en el parking frente a la recepción. Esto es importante porque el hecho de no dejar ningún coche fuera del recinto evita que te preocupes más de la cuenta por él. Algo que nos llamó la atención fue que no había casi españoles hospedados allí (aunque cuando nos íbamos llegaron algunos) y que Alemania entera pasa sus vacaciones en Portugal . En Ferragudo había casi más alemanes que portugueses. Precisamente, el Sábado jugaban Portugal y Alemania la final de consolación del Mundial de fútbol y la plaza del pueblo estaba minada de aficionados de ambas selecciones ataviados con banderas, camisetas, pinturas de guerra en la cara… no les faltaba un detalle .

La playa, por su parte, muy bonita. De hecho, la playa que está al lado del complejo es en realidad un compendio de calas separadas por grandes rocas que conforman un paisaje natural impresionante. La arena muy limpia, al igual que el agua, y la gente muy civilizada. Ahora bien, la temperatura del agua es caso aparte . Si te armas de valor y aguantas bien el frío puede que no sufras hipotermia . Y es que en mi vida me he bañado en un agua más fría que esta, literalmente te congelabas. Vamos, lo típico del agua de Portugal y una verdadera pena. Menos mal que el Domingo fuimos a otra playa -‘Praia Verde’, en Monte Gordo-, también casi vírgen y mucho más cerca de la frontera con España, donde nos pudimos dar un buen chapuzón sin miedo a morir de frío.

De Ferragudo hay que decir que es un típico pueblo pesquero con un encanto especial. Goza de una localización magnífica y unas vistas impresionantes, tanto es así, que en los tres días hice más de 100 fotografías. Algunas de ellas las sacamos desde el faro, que teníamos a dos pasos del apartamento. Cabe destacar que desde el puerto se puede ver Portimão casi en su totalidad, una de las ciudades más importantes del Algarve.

Como ya he dicho, la gente es muy civilizada y, aunque hay casi más alemanes que portugueses, no había mucho alboroto. Conviven muy bien ambas comunidades. En la plaza principal del pueblo había mucho colorido y muchos bares, que estaban hasta los topes con motivo del partido del Mundial. También merece la pena mencionar que Ferragudo está de fiesta casi todo Julio y gran parte de Agosto, así que hay actividades para todos los gustos. De hecho, habían montado un escenario en la plaza para dar conciertos y usarlo también a modo de karaoke. Yo, como siempre, le eché un poco de cara y me hice una foto con una lugareña a la que no le faltaba un detalle en su indumentaria para animar a Portugal en el Mundial .

Y ya para acabar, me gustaría hablar de la comida. Siempre que he ido a Portugal he comido increíblemente bien, y esta vez no ha sido menos. Salimos a cenar buscando un restaurante donde degustar algo típico del lugar y acertamos plenamente. Es de esas veces que sin pensarlo mucho aciertas con el sitio. Comimos buen pescado y no nos salió muy caro, aunque tampoco barato para ser Portugal. Eso sí, los platos eran enormes y la calidad estaba por encima de la media. El Precio: 15 euros por persona. Bacalao, Dorada, Lubina, Choquitos, Calamares, todo delicioso . Y lo que nunca falta en cualquier restaurante portugués que se precie; de entrantes nos pusieron paté de sardina y boquerones en vinagre. En definitiva, un lugar que recomiendo visitar y un viaje que sale realmente barato. Por menos de 100€ por pareja con dos noches de estancia en temporada alta es un verdadero chollo.